sábado, noviembre 01, 2003

LA OPINIÓN DE TENERIFE. 1-11-2003

La novela negra centró la primera incursión literaria del Club La Opinión

Víctor Conde presentó ‘Quince días de noviembre’, de José Luis Correa

La presentación en sociedad de un libro siempre concita la curiosidad de los lectores ávidos de novedades, pero además anoche no sólo se presentaba la novela Quince días de noviembre, de José Luis Correa, sino que el Club La Opinión se estrenaba en al ámbito literario, pues con anterioridad las citas fueron con la política y y sus versiones del futuro y el presente de Canarias.

El también escritor Víctor Conde señaló anoche que la novela de José Luis Correa Quince días de noviembre está a medio camino entre la novela negra que se hace en el ámbito anglosajón y la que se hace en España. El presentador del libro de Correa habló de Quince días de noviembre pero también de la novela negra en general, a cuya versión cinematográfica rinde en realidad homenaje el texto presentado. El presentador de la novela, “amena e interesante”, señaló que a lo largo de su alambicado desarrollo “hay mucho de cine y el libro resulta muy visual”.
Víctor Conde, que el pasado año publicó a su vez la novela El tercer nombre del emperador y dos capítulos de la serie para jóvenes Piscis de Zintra, textos todos ellos en la línea de la ciencia ficción, explicó durante la presentación que efectuó en el Club La Opinión de Tenerife que las diferencias esenciales entre el género de novela negra que se hace en el ámbito anglosajón y en España “radican en que aquella siempre busca desvelar un misterio, responder a una pregunta como quién mató a determinado personaje, mientras que la novela negra que se hace en España no pretende en general responder a pregunta alguna, sino contar las aventuras de algún individuo inmerso en una vida casi siempre azarosa”. Los personajes de la novela negra española “suelen ser antihéroes en general”, baste recordar el ya mítico Carballo, que creara Manuel Vázquez Montalbán.
Precisamente, y en opinión de Víctor Conde, “la novela Quince días de noviembre es una especie de simbiosis de ambos estilos, por una parte pretende buscar a un asesino, pero su protagonista resulta bastante antihéroe”.
La presentación de la novela de José Luis Correa contó también con los propios comentarios de su autor, un escritor formado en el realismo mágico que deposita la vida interior de su detective en el cariño por un abuelo calafate en La Isleta. El libro toma como punto de partida a una mujer que pide que se investigue el supuesto sucicidio de su novio. La idea de Correa fue efectuar una trilogía, de la que Quince días de noviembre supone la primera entrega. La segunda, Un tango con la muerte, se reeditará el próximo año por la editorial Alba responsable también de esta Quince días de noviembre. Hace unos días precisamente terminó la tercera parte de la trilogía, Sinfonía incompleta, que cuenta como telón de fondo con el Festival de Música de Canarias, al que viene la Filarmónica neoyorquina, uno de cuyos violinistas muere. Novela negra canaria, universal. Apasionado del cine, Correa emplea su lenguaje para transmitir ágilmente al lector las peripecias que narra. Nacido en Las Palmas de Gran Canaria en 1962, es profesor de Didáctica de la Lengua y la Literatura en La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Además ha escrito Me mataron tan mal, La verdadera historia de Helena con hache, y el libro de relatos Qué quieres que te diga y otros cuentos. Curiosamente, Correa dice haber recibido él más influencia literaria de su admirado Montalbán “que mi personaje de su Carballo”. El intento consiste en hacer tan creíble su historia de detectives en la capital grancanaria como lo sería en un barrio de Nueva York. Aunque las películas que hayamos visto del género al que homenajea transcurran allí.

Un día de octubre hablando de libros...

Superando las voces de Adán Martín, José Manuel Soria y Juan Carlos Alemán, el Club La Opinión de Tenerife servía ayer de escenario para su primer acto de carácter literario, en el que se disertó sobre novela negra. Libros: horas de soledad ideando historias que se desenvuelven en un escenario (en este caso canarión), pergeñando personajes con los que nos identificaremos o no, que nos recordarán a alguien o no. Y una editorial. Libros para salvar la tapa dura de una noche de insomnio; libros para saltar al otro lado de nuestra propia realidad; libros para reinventar el mundo y sentirnos otros. Eso era lo que pasaba anoche. Aparte de la lógica e inevitable vanidad de todo autor. Deseando que los demás lo lean. ¿Y por qué? Pues porque en las páginas que ha creado está la prolongación de sus sueños y quizá alguna remota posibilidad de eternidad. Aunque no parece muy vanidoso este profesor que escribe novela negra, más bien transmite la impresión de que quiera transmitir a los demás su devoción por el cine. Cómo evitar la creeencia de que si los demás ven lo mismo que nosotros, oyen lo mismo que nosotros y leen lo mismo que nosotros, nos entenderán mejor.
En cualquier caso, fue el primer acto de carácter literario en el Club de La Opinión de Tenerife, buena ocasión para resguardarse del fresco otoñal que anuncia treinta días de noviembre (y no quince, como la novela de Correa); buena ocasión para escuchar hablar de la novela negra en un acto casi íntimo al que no asistieron políticos. A lo sumo, lectores y otros escritores. Gentes del mundo de los papeles. Ese mundo tan lleno de presentaciones, vanidades (y sus hogueras) y, sin embargo, tan necesario para que las bibliotecas, la literatura, la cultura y hasta el discurrir de una sociedad continúe en su sitio. Aunque sonría irónico algún moderno alérgico a presentaciones que no le incumban a él. Anoche fue Club para el libro y el cotilleo literario, que también lo hay.

No hay comentarios: